Trump jura como 47º presidente: Todo está consumado… «La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo»

Por Washington Cabello

(WASHINGTON, D.C., Estados Unidos).- Donald Trump, juró como 47º presidente de este país, durante una ceremonia realizada en la Rotonda del Capitolio, sede del Congreso de los Estados Unidos.

El acto que usualmente tiene lugar en los escalones del emblemático edificio del Congreso, fue obligado a moverse a la Rotonda por las gélidas temperaturas en Washington y por razones de seguridad.

Como es tradición, Trump, juró sobre La Santa Biblia y prometió proteger la Constitución de los Estados Unidos. E ipso facto se escucharon Salvas de cañones en la ciudad.

Antes del Presidente, fue juramentado el Vicepresidente J. D. Vance, quien juró acompañado de su familia, entre estos su esposa Usha Vance e hijos.

Tras el juramento, para su segundo periodo no consecutivo como mandatario de los Estados Unidos, el Presidente Trump, en un discurso más corto de lo acostumbrado por él, reiteró que desde hoy inicia una batida con los aranceles a importaciones, y contra la inflación y la migración ilegal.

«El camino para recuperar nuestra república no ha sido fácil, eso se lo puedo asegurar», expuso el Presidente. Quien se refirió al intento de asesinato en su contra donde una bala le rozó la oreja en julio pasado.

«Dios me salvó para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande», recordó Donald Trump.

También, al delinear las políticas de su administración por los próximos cuatro años, dijo que la época dorada comienza hoy.

«La edad de oro de los Estados Unidos comienza ahora mismo», proclamó. Al tiempo que anunció que firmará una serie de medidas ejecutivas en sus primeras horas como presidente, incluidas una decena centradas en la seguridad fronteriza y la migración, su principal prioridad.

«Nuestra máxima prioridad será crear una nación orgullosa, próspera y libre. EE. UU. pronto será más grande, más fuerte y mucho más excepcional que nunca. Regreso a la presidencia con la confianza y el optimismo de que estamos al comienzo de una nueva y emocionante era de éxito nacional. Una ola de cambio está arrasando el país», insistió.

En la alocución el Presidente Trump, reiteró sus promesas de campaña de hacer de la lucha contra la inmigración irregular uno de los pilares de su gestión.

Adelantó que declarará una situación de emergencia en la frontera sur del país, como parte de una ofensiva que incluiría enviar militares al límite terrestre con México, acabar con el asilo y reinstaurar la política de «quédate en México», según aclaró su equipo en una comunicación a la prensa enviada durante del discurso.

«Según las órdenes que firmaré hoy, también designaremos a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras. Y al invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, ordenaré a nuestro gobierno que use todo el inmenso poder de las fuerzas de seguridad federales y estatales para eliminar la presencia de todas las bandas y redes criminales extranjeras, que traen un crimen devastador a suelo estadounidense, incluidas nuestras ciudades y centros urbanos», reiteró.

Trump, repetió que va tras la banda criminal El Tren de Aragua, y prometió que expulsaría a todos los inmigrantes relacionados con el grupo.

«La nueva administración buscará tomar medidas enérgicas contra quienes ofrezcan santuarios a criminales», señaló. El presidente también reiteró su intención de llevar a cabo la operación de deportación más grande de la historia de los EE. UU.

«Como Comandante en Jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones, y eso es exactamente lo que voy a hacer. Lo haremos a un nivel que nadie ha visto antes», aseguró.

En su alocución Trump envió un saludo y su agradecimiento a las comunidades hispanas y afroamericanas. Resaltando que «le demostraron, un gran cariño y confianza con su voto».

«He escuchado sus voces en la campaña y espero trabajar con ustedes en los próximos años. Hoy es el Día de Martin Luther King y, en su honor (…) lucharemos juntos para hacer realidad su sueño», destacó. «Pondremos a los Estados Unidos primero», recalcó.

Reiteró su promesa de que trabajaría para que los EE. UU. recupere el Canal de Panamá, repitiendo que «El propósito de nuestro acuerdo y el espíritu de nuestro tratado (con el gobierno panameño) han sido totalmente violados». Y mencionó que cambiaría el nombre de Golfo de México al de de Estados Unidos (Gulf of America, en inglés)

De igual manera  se refirió a varias acciones que su gobierno implementará para controlar los precios y la inflación.

También aseguró que impondrá aranceles a las importaciones extranjeras e impuestos a otros países, en una decisión que buscaría enriquecer a los estadounidenses. Prometió una revisión del sistema comercial y dijo que los EE. UU. establecerá un «servicio de ingresos externos para recaudar todos los aranceles, derechos e ingresos».

«Serán ingentes cantidades de dinero que entrarán en nuestra tesorería, procedentes de fuentes extranjeras», prometió.

Además, indicó que entre sus primeras directivas estaría el impulsar las industrias de petróleo, gas y energía y frenar los esfuerzos del expresidente Joe Biden, por acelerar la industria de los vehículos eléctricos.

«La crisis de inflación fue causada por un gasto excesivo masivo y la escalada de los precios de la energía, y es por eso que hoy también declararé una emergencia energética nacional», adelantó Trump. «Perforaremos, cariño, perforaremos».

 

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La más sagrada ceremonia en el protocolo político de la nación, que no se celebraba bajo techo desde la segunda toma de posesión del presidente Ronald Reagan, el 20 de enero del año 1985, fue bendecida por líderes de varias denominaciones religiosas, que rogaron al Altísimo por el mandatario entrante y su vicepresidente como nuevas cabezas de gobierno.

En la ceremonia se encontraban Joe Biden, y su esposa Jill, a quienes al concluir el acto Trump, acompañado de su esposa Melania, despidió hasta un helicóptero que aguardaba para trasladarlos.

Tras despedir a los Biden, Donald Trump, procedió a tomar posesión del cargo. E inmediatamente inició la firma de las anheladas Órdenes Ejecutivas.

En la actividad, donde asistieron alrededor de 600 personas, también estuvieron los expresidentes Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush, los dos últimos acompañados de sus esposas, y la resentida Michelle Obama, no. Asi como antiguos funcionarios de Gobierno, miembros del gabinete entrante, líderes de empresas tecnológicas e invitados especiales.

En el histórico acto, también participaron las más altas figuras de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial estadounidenses

Igualmente, el ex vicepresidente de Trump, en su primer periodo, Mike Pence, y la exvicepresidente Kamala Harris.

Miles de seguidores del Presidente, tuvieron que conformarse con verlo en pantallas gigantes en el estadio cubierto Capital One Arena, con capacidad para 20 mil personas, debido a las bajas temperaturas.

Las gélidas temperaturas que azotan el noreste de los EE. UU. también obligaron a cancelar el tradicional desfile inaugural a lo largo de la Avenida Pennsylvania, desde el Capitolio hasta la Casa Blanca. Todavía se planean lujosos bailes de gala para esta noche.

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